
No podemos encontrar algo exactamente donde no se puede encontrar;
y eso es, fuera de nosotros mismos.
Un espacio, que, si se forma, se llenará de algo nuevo.
Y es ahí, cuando llega el renacer.
Las creaciones que nos causan felicidad y gratitud;
arrendadas a las deidades,
son devueltos a ellos cuando llegan a la grandiosa audiencia.
Se llama: recompensa.
Y, de repente, dejar de vivir solo cuando el mundo se cierra.
Es conducirnos a un tiempo de profunda soledad,
pero dentro de él, una refrescante renovación.
Nuestras vidas se mueven en capítulos,
y debido a que están mal definidos,
es que necesitamos indiscutiblemente volver a leerlos para realmente poder continuar.
Recordar que la afirmación de la vida nace de los pasajes más oscuros.
Frase trillada, lo sé. Pero no deja de ser real.
Es nuestro dolor lo que nos muestra que somos humanos, nos estimula a mejores versiones de nosotros mismos y construye la empatía en el corazón de la conexión humana.

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Que buenas letras! También son tus fotos?
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Hola. Excelentes letras, de esas que buscan la reflexión y la apertura del ser hacia el sí mismo.
La fotografía con la cual culmina el escrito, es de Adriana, como se puede observar al pie de la misma. Imagen hermosa y sugerente.
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Podría leerte muchas veces y siempre volvería a buscar más de tu genialidad
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